Una Voz Para Dios

La Pregunta que hacemos cuando enfrentamos un tiempo de dificultad

Sabes cual es la pregunta más resonante después de un tiempo de dificultad? Contiene solo una palabra: Porque?

Te preguntas porqué hice eso? Que estaba pensando? Porque no puedo regresar el tiempo?

Y luego te diriges a Dios y le dices: Porque Dios? Porque permitiste este tiempo difícil? Porque no me salvaste de esta dificultad?

Mi Mayor Dificultad Virtual

Anoche 20 de Enero, 2017 por error mío borre todo lo que tenía en esta página. Era un trabajo de unos 8 meses, casi 30 reflexiones escritas y más de 25,000 palabras. Con un “click” de un botón todo se fue hacia el espacio cibernético para nunca regresar.

Sabes, me siento como Jonás. A veces Dios te pide ir a Nínive y en vez de hacerlo te subes al barco. Allí Dios manda una tormenta y caes en un tiempo de dificultad. Y comienzo tu tiempo de reflexión “forzado”.

Esta mañana después del tercer intento por los expertos cibernéticos de restaurar mi pagina, me dieron la mala noticia: “No podemos hacer nada, ya lo intentamos todo. Va a tener que empezar de nuevo.” Palabras que ya me había preparado para recibir, pero que no quería escuchar.

Nuestra Esperanza en la Dificultad

Mi dificultad fue sólo virtual. Pero se que tu puedes estar atravesando una en carne y hueso. Tu tiempo de dificultad puede ser un diagnóstico terrible, una pérdida en tu hogar, una pérdida de trabajo, etc. Sabes, si tu dificultad es virtual o real, para Dios tiene el mismo peso. Y el es el único que puede rescatarte de un tiempo difícil.

Cuando Jonás reconoció lo que Dios quería que hiciera y cuando estuvo dispuesto a hacerlo, Dios mismo provocó su liberación.

Ante toda pérdida o dificultad tenemos 2 opciones: me hundo en la desesperación o confío en Dios. Te digo un secreto sobre los tiempos de dificultad? En esos tiempos, confiar en Dios es la mejor solución. Dios es nuestra única esperanza!

Esta mañana, al meditar en cómo iba a reconstruir esta página de nuevo, me puse a ver mi cuenta de Instagram (porque eso es lo que hacemos cuando no sabemos qué hacer verdad? – meternos al Internet). Pero allí Dios me empezó a hablar. Y pensé en las palabras del Salmista: “¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?” (Salmos 139:7 RVR1960).

Dios me empezó a dar palabras de ánimo. Esta es la colección de lo que vi: 

Una palabra tras otra, lo único que escuchaba era….”Sigue adelante”. En medio de mi dificultad Dios me lleno de esperanza y me animaba con sus palabras.

El verso que mas me hablo fue esta de Hechos 18:9 que dice: “Entonces el Señor dijo a Pablo en visión de noche: No temas, sino habla, y no calles” (RVR1960).

No te imaginas lo que eso significa para mi. Esto fue la confirmación que necesitaba para empezar a reconstruir este blog. Ya que este blog nació de una profunda búsqueda por hacer la voluntad de Dios.

Conclusión:

Termino con esto, cuando Dios te dice algo, hazlo! Se obediente. Porque si te subes al barco en dirección hacia el otro lado, puedes caer en la panza del pez. Y eso te llevará un tiempo de dificultad no deseado pero que tu creastes por tus malas decisiones.

Hace algunos semanas sentí fuerte cambiar el rumbo de esta página. Le dije a Dios que si iba hacer el cambio pero no actué. Entonces Dios usó mi error para dirigirme hacia algo que él ya me había pedido hacer.

Bueno voy a seguir adelante. Construiré no de acuerdo a mi criterio, sino siguiendo lo que Dios me indique. Porque tu y yo somos su voz.

Viene más, estén pendientes…